La Semana Santa carcabulense se configura a lo largo de los siglos XVI y XVII con la fundación de las cofradías pasionistas de la Vera Cruz y de Jesús Nazareno. Desconocemos la fecha de aprobación de la primera de ellas aunque se sabe que nace en la centuria del quinientos; la segunda se crea en el año de 1653 culminando el proceso de formación de nuestra Semana Mayor.

A lo largo del siglo XVII y primera mitad de la centuria siguiente, la Semana Santa local protagoniza una etapa de auge y esplendor. Las causas responden a que las hermandades penitenciales cobran un fuerte impulso, refrendado por el aumento de sus recursos humanos y por impregnarse de la estética barroca, teniendo los tres desfiles procesionales del Jueves y Viernes Santo una gran vistosidad y boato. Este proceso de barroquización tiene uno de sus exponentes más significativos en los sermones del Paso y del Descendimiento. El primero se llevaba a cabo en la mañana del Viernes Santo en el Calvario, donde se representa el encuentro de Jesús Nazareno con la Dolorosa, si bien también participaban las imágenes de San Juan Evangelista y la Verónica (hoy día se sigue realizando y es conocido como consejito, aunque San Juan ya no participa). En la tarde del Viernes Santo se realizaba el sermón del Descendimiento en el que se escenificaba el desenclavamiento del cuerpo de Cristo y el traslado por los santos varones a la Urna Sepulcral. Este acto que congregaba a numerosas personas precedía a la salida de la procesión del Santo Entierro. Estas tradiciones barrocas se ven suprimidas por imperativo de la autoridad eclesiástica de la Abadía de Alcalá la Real en el último tercio del siglo XVIII por considerarse nocivas e impropias del auténtico espíritu cristiano. A pesar de las prohibiciones decretadas, las tradiciones barrocas en la Semana Santa Carcabulense perviven debido al fuerte arraigo popular.

Las dos cofradías mencionadas mantienen su actividad en el siglo XVIII soportando épocas de continuos altibajos. Así entran en una fase de postración a finales del siglo XVIII y primeras décadas del siguiente sin embargo, esta situación vuelve a cambiar con la época Isabelina.

En marzo de 1874 Carcabuey se incorpora a la diócesis de Córdoba como consecuencia de la abolición de la jurisdicción exenta vere nullius de Alcalá la Real.

Durante la Restauración las dos hermandades penitenciales cobran un fuerte impulso, aunque en las primeras décadas del siglo XX presentan marcados síntomas de crisis. En contraposición, los años veinte, en la Dictadura de Primo de Rivera, representan una etapa de esplendor para las procesiones de Semana Santa que cuentan con el apoyo de la corporación municipal. De nuevo en los años de la II República se viven momentos difíciles que contrastan con la euforia que se produce después de terminar la guerra civil. La reorganización de la Semana Santa en los lustros siguientes lleva consigo la incorporación de nuevas hermandades penitenciales a la Semana Santa local como la del Santísimo Cristo de Ánimas, además de comenzar la trayectoria de lo que a día de hoy se conoce como la Agrupación General de Hermandades y Cofradías.

Pero es a partir de los ochenta cuando la Semana Santa carcabulense despierta del prolongado letargo y alcanza un indudable apogeo, corroborado por el empuje de las distintas hermandades que comienzan a realizar proyectos de envergadura. La incorporación de la juventud y de la mujer es un factor determinante en el movimiento de esplendor. Desde esa época hasta la actualidad no se han dejado de realizar proyectos que han venido a dar como fruto la gran evolución de la Semana Santa. Proyectos de envergadura entre los que cabe destacar por parte de la Agrupación General de Hermandades y Cofradías la adquisición de la imagen de la popular borriquita incorporándose al Domingo de Ramos creándose su cofradía en la época de los 90 y la adquisición de Mª Stma de la Esperanza Nazarena para cederla como co-titular a la Hermandad de Ntro. Padre Jesús Nazareno para sus desfiles procesionales del Viernes Santo. Por parte de la Hermandad de Mª Stma de los Dolores la cuidada publicación anual que desde el año 1983 edita la cofradía denominada Cruz de Guía presentando un formato actual a todo color. También han publicado parte de la historia de esta cofradía en el libro “Hermandad de los Dolores de Carcabuey” por su hermano mayor José Mª Pérez Martos. Otros proyectos han sido la realización e incorporación de las imágenes de Ntro. Padre Jesús Cautivo y del nuevo San Juan Evangelista a su cofradía y la reciente adquisición de su Casa de Hermandad. Por parte de la Cofradía del Santísimo Cristo de Ánimas de la incorporación en la Semana Santa de 2010 de la Virgen de la Soledad en su desfile procesional del Miércoles Santo.

Además de estos proyectos de envergadura, se están realizando actividades culturales en torno a nuestra Semana de Pasión que vienen a darnos un futuro prometedor, como así lo atestigua la Semana Santa Chiquita que se lleva a cabo el fin de semana siguiente al Domingo de Resurrección. Esta gran evolución de nuestra Semana Santa se ve grosso modo en el cambio en cuanto a los desfiles procesionales que han pasado del Jueves y Viernes Santos a toda la semana completa. Como colofón y cierre, la Semana Santa local finaliza con la típica y singular fiesta de la Pascua de los Moraos en el Domingo de Resurrección. Fiesta de interés turístico de Andalucía, una especie de carnaval en el que están presentes el humor, la fina ironía, la burla y la autocrítica del ingenio popular que en sus pregones abordan los asuntos más peliagudos, convirtiéndose al igual que las murgas, en portavoces populares, tras la conmemoración de la Pasión.

Acisclo Pérez Chavarino
Cronista Hermandad Mª Stma de los Dolores,
San Juan Evangelista y Ntro. Padre Jesús Cautivo